jueves, 5 de junio de 2014

La Destrucción

La Destrucción


40.000 Cadáveres para las mesas de disección nazis

A mediodía del 16 de diciembre de 1943, Elfriede Remark, una modista alemana de 40 años, fue ejecutada en la prisión Plötzensee de Berlín. Su delito había sido criticar a Hitler en conversaciones con sus vecinos, que la delataron ante las autoridades nazis. Tras la ejecución, su cuerpo fue llevado al departamento de Anatomía de la Universidad de Berlín, donde fue diseccionado por el médico Hermann Stieve, especialmente interesado en el estudio del aparato reproductor femenino. Diseccionó a 174 mujeres, todas ellas ejecutadas. Cuatro estaban embarazadas.
Remark, hermana del escritor de Sin novedad en el frente, Erich Maria Remarque, fue sólo una más de las al menos 40.000 personas que acabaron en las mesas de disección de los departamentos de Anatomía durante el régimen nazi, según el horroroso recuento de la profesora Sabine Hildebrandt, de la Escuela Médica de Harvard, en Boston (EEUU). En muchos casos, los fragmentos de aquellas víctimas, miles de ellas ejecutadas de manera sumaria, permanecieron en las universidades hasta 1989, año en que las autoridades decidieron buscar sus restos. Ínfimas láminas de hígado observadas al microscopio por varias generaciones de estudiantes acabaron siendo enterradas con honores casi medio siglo después del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Muchos de los 40.000 cuerpos estimados por Hildebrandt procedían de hospitales, instituciones psiquiátricas, prisiones y residencias de ancianos, las fuentes de cadáveres históricamente habituales para las universidades. Pero al menos 3.749 de los cuerpos pertenecían a personas oficialmente ejecutadas entre 1933 y 1945, el periodo en el poder del Partido Nazi, según los casos documentados que ha conseguido recabar Hildebrandt.
“Según mis estimaciones, el número real puede duplicar esta cantidad [los 3.749 casos documentados], o incluso más”, explica Hildebrandt, que ha publicado sus últimos datos en la revista Clinical Anatomy. A esa cifra de ejecutados tras juicios sumarios habría que añadir otras víctimas del régimen de Hitler, puestas sobre las mesas de los 31 departamentos de anatomía bajo jurisdicción alemana, como los niños nacidos de madres encerradas en campos de trabajo, los presos muertos de hambre o los judíos perseguidos hasta el suicidio.

China: Una cadena de cangrejos atados a una cuerda

Ahora es la derecha occidental la que la cita a China como modelo. De largas jornadas de trabajo, de sueldos justitos, de escasos derechos cívicos y sociales.. y de fortunas colosales conseguidas en un santiamén. Está claro: lo que triunfó a finales de los años 1980 no fue la democracia, fue el capitalismo. La idea de que el más noble objetivo del ser humano es acumular riqueza se extendió como una mancha de aceite por el Este. El darwinismo social –el triunfo del más fuerte o el más adaptable- se convirtió en forma de vida universal. En China, cuenta Qiu, los denominados Bolsillos Llenos, esa gente que cierra los tratos comerciales “en la cena, junto a la máquina de karaoke o en la sala de masajes”,  son los maridos con los que cualquier familia querría casar a sus hijas.

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